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Showing posts from April, 2012

la gran farsa en la que se ha convertido mi oficina

había algo en el ambiente. jerry, como me gustaba llamar al pendejo de mi jefe, traía puesta una camisa gris que iba muy mal con sus zapatos de elefante. era un gringo tremendo con una narizota. se tiraba a las gordas de la oficina alternadamente. estabamos a pocos pasos de que se empezara a tirar hasta al latino de la limpieza que como yo, se había graduado de la universidad solo para terminar viendo como el mismo idiota que conoció en el colegio seguía estando atrincherado en una posición de poder que se basaba en el diámetro de sus enormes y blancas nalgas.  no había porqué preocuparse por eso. si es que algo había aprendido en mis años de vida independiente: salí de la casa de mis padres a los veinte y seis años, era que había que reconocer cuando la gente estaba en el equipo de uno. jerry estaba absolutamente en el equipo contrario. ni siquiera eso, estaba en el deporte contrario. jugaba a tirarse gringas cuyo obesidad no cabía en mi sentido de lo erótico. mi esposa era ...

susceptibilidades estúpidas

pastaza no era blanco, pero tampoco era café. era más bien medio verdoso, y no del verde que les excita a los malditos ecologistas. era de un verde conflictivo, un verde petroleo blanqueado. era un blanco petroleado guapísimo que por alguna razón había sido puesto en el banquillo de los cafés. sus amigos eran cafés, eran latinos. va, pastaza era otro maldito latino, como yo. cuando nos juntamos a jugar ajedrez esa noche, teníamos el interés de llegar al meollo del asunto. estábamos interesados en encontrar el punto en el que todo se había ido a la mierda. el momento en el que el mundo del jazz posmoderno de improvisación se había convertido en una cocha fangosa de la que nadie podía salir vivo.  recorrimos los bares de brooklyn. así fue como dimos con el  knitting factory . este lugar en el que tim burn y sus secuaces habían establecido un nicho para su  free jazz , que siempre gozaba de buena audiencia. debo aceptar que la multitud era bastante interesante. no nece...

la biografía de pastaza

pastaza era un tipo que a los veinte y un años se ganó un premio de poesía, vendió todo y se mudó a brooklyn a escribir una novela que después nadie quiso. que regresó al ecuador y vivió en guayaquil trabajando para el partido socialista, a quien la crisis de los bancos le obliga a regresar a estados unidos como migrante. en estados unidos, de regreso se topa con la novela que algún día escribió y el problema que tuvo en construir a un personaje creíble porque no había vivido lo suficiente y ahora que lo había hecho decide re-escribir la novela sobre un personaje que: a los veinte y un años se ganó un premio de poesía... carlos cóndor 04/28/12

desnuda en el machángara

la descubrieron desnuda en el machángara, la ex periodista de la revista vanguardia, estaba desnuda en el machángara twitteando. había dicho que era por una buena causa, en realidad estaba intentando acumular el mismo número de seguidores que la terán, que había logrado hacerlo a través de aliarce con el partido de derecha de guayaquil. había algo excitante acerca de twittear derechosamente. se sentía como una revolución a la egipcia, desde el machángara, desnuda. una mezcla de performance y frío, eso que le habían enseñado en la escuela, que se había inaugurado con viteri en los ochentas. el performance: viteri soltó un pollo (o algún otro animal pequeño) en medio de una galería.  yo por mi parte me decidí a dejar de seguirla. no tenía ganas de leer twitts de derecha. me parecían demasiado fáciles. solo había que quejarse de algo. era una especie de programa mañanero, un jingle al periodismo. eso de lo que nadie con un posgrado se enorgullecería de leer. yo era una mujer qui...

banana del setenta y dos

había cometido crímenes más graves que ese. cuando pastaza decidió pagar con  cuoras  por un café negro recién pasado se sintió como un verdadero habitante de  bed-stuy.  la rusa con la que se estaba acostando estaba junto a él y ella sí se quejó de que hubiera decidido pagar con monedas. -dónde está tu dinero? -preguntó -no existe. -respondió pastaza. la rusa tenía padre negro y parecía brasilera. tenía la melena de valderrama y las uñas tan largas que podría arrancarle los ojos a pastaza el primer momento que le encontrara chequeando a otra mujer (no importaba que pastaza tuviera novia y que no fuera ella). esa mañana habían amanecido en la casa elsie, una compañera de trabajo de la rusa, la única que se había graduado de la universidad y quien les habían invitado a tomar vino. en la cocina, al regresar a casa, pastaza se encontró con que su novia había llegado de imprevisto. al no encontrar a pastaza supuso lo peor, pero cuando él llegó y vió la nota de su novia...

nuestro coqueteo con las drogas

billy white billy white vivía en la sesenta y ocho. yo en la ocho. él llegó años después que el resto de la pandilla, pero esta no era la razón por la cual lo rechazaban. era una serie de factores. su papá era peruano, no tenía mamá y se vestía como el personaje principal del gato cósmico. yo, tenía mis propias desventajas. era malo para el fútbol, tenía la cabeza demasiado grande y una vez me había cagado en donde no debía.  mi primera novia solamente en los noventas se escuchaba de adictos al crack. mi novia era una chica muy guapa, que como toda chica guapa piensa en algún día publicar un libro. tenía una afición por la fotografía y los químicos. cuando me enteré que había sido la novia de otro de los amigos del barrio, confirmé que en el ecuador, la gente que es buena para el fútbol está un paso adelante en todos los aspectos de la vida. el pecoso desgraciado no solo era más guapo que yo, también le había metido antes la lengua en la garganta a mi desastroza novia...

violentamente feliz

El autoestima de Pastaza no dependía de que tuviera las piernas cortas, ni pelo en los hombros, una cabeza demasiado grande o una voz nasal. Así como tampoco dependía de que a un significativo número de sus compañeras sentimentales tuvieran orgasmos. El autoestima de Pastaza dependía de su talento, pero desde que se había graudado de leyes en la Universidad Central, lo único para lo que le había servido su talento había sido para ganar un premio de poesía que guardaba en un baúl al final de su cama.  Seis años habían pasado desde la última vez que Pastaza vio a Pam, pero más significativamente, seis años habían pasado desde la última vez que estuvo en una casa que no fuera la de sus padres, desnudo, acariciando el cuerpo de una mujer joven, sin que alguien le dijera lo que tenía que hacer durante toda la mañana.  La felicidad de Pastaza si se afectaba de que tuviera las piernas cortas, pelo en los hombros, una cabeza demasiado grande y una voz nasal, también de ...