la descubrieron desnuda en el machángara, la ex periodista de la revista vanguardia, estaba desnuda en el machángara twitteando. había dicho que era por una buena causa, en realidad estaba intentando acumular el mismo número de seguidores que la terán, que había logrado hacerlo a través de aliarce con el partido de derecha de guayaquil. había algo excitante acerca de twittear derechosamente. se sentía como una revolución a la egipcia, desde el machángara, desnuda. una mezcla de performance y frío, eso que le habían enseñado en la escuela, que se había inaugurado con viteri en los ochentas. el performance: viteri soltó un pollo (o algún otro animal pequeño) en medio de una galería.
yo por mi parte me decidí a dejar de seguirla. no tenía ganas de leer twitts de derecha. me parecían demasiado fáciles. solo había que quejarse de algo. era una especie de programa mañanero, un jingle al periodismo. eso de lo que nadie con un posgrado se enorgullecería de leer. yo era una mujer quiteña, con educación suficiente sobre la literatura del siglo diecinueve como para llenar diez fascículos, o una pequeña encliclopedia, estaba decidida a dedicarme a investigar el blues. el blues era lo único que servía para rellenar las partes inútiles de esta novela, que era mi vida, de la que ya no formaría parte la farándula politiquera ecuatoriana. lo mío era la cátedra, el blues, la marihuana, mi scooter, mi chihuahua y el helado de tamarindo.
estaba twitteando desnuda desde el machángara, la muy ridícula, la que había sido mi mejor amiga. yo que había estado esperando que regresara del posgrado, que se acentara, que encontrara oficio, y novio (ella era lo suficientemente pendeja como soportar un novio) que se reencontrara conmigo, que twitteara, sobre sus pendejadas si quisiera, nunca pensé que me iba a tener aquí, pendiente de su twitteo desnudo desde el machángara. a veces las mujeres lo mejor que sabemos hacer, es alejar a la gente que más nos quiere, como esta bruta me está alejando a mí, la que podría ser su hermana. enfrentándome a la vergüenza de verla allí, con los pezones peludos, intentando ser una diva.
lisa m
04/29/12
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